Estos últimos meses estoy recibiendo clases de inglés, ya que me he propuesto de mejorar mi nivel en este idioma. Debíamos hacer dos ejercicios escritos, a escoger entre cuatro posibles, ya que era una tarea que la profesora nos había encargado para hacer en casa.
Una de las opciones que escogí fue la número 2, «Having hopes and dreams is one of the most important things in our lives», así que me puse manos a la obra y comencé a escribir una redacción corta (para mí son las peores, ya que siempre me cuesta mucho dejarme en el tintero muchas cosas que me gustaría decir).
Me pareció un tema muy interesante, los sueños y esperanzas, sin ellos es muy difícil conseguir mantener la pasión y el foco en las cosas. Que son estos sueños y estas esperanzas sino nuestros objetivos y metas, en la familia, en el trabajo, o en lo que sea.
Importancia de las expectativas en el liderazgo, o en la dirección de equipos.
¿Qué importancia tienen las expectativas a la hora de ponernos al frente de un grupo de personas, de un equipo de trabajo, para ejercer como líder?
Pues en mi opinión, desempeñan un factor de suma importancia. Las expectativas de nuestros jefes, de nosotros mismos, de nuestros compañeros, de nuestros subordinados, de las personas por las que trabajamos. Son sus esperanzas de conseguir algo, o el tener la posibilidad razonable de que ese algo suceda.
Todos estos grupos tienen expectativas, y esperan alcanzarlas en mayor o menor medida. Sin embargo, en algunas ocasiones no son compatibles entre ellas, al menos en su totalidad. Por ejemplo:
– El jefe espera normalmente obtener beneficios, el máximo posible claro, conseguir alcanzar los objetivos propuestos, incluso ampliar o mejorar la organización. Como expectativa más radical y menos razonable, obtener el máximo beneficio posible sin importarle las condiciones de vida de sus empleados, incluso aprovechándose del estado de necesidad que alguno de ellos pudiera tener.
– Sus empleados esperan normalmente mantener su puesto de trabajo, tener un sueldo mayor, más días de descanso, etc. Como expectativa más radical y menos razonable, obtener un sueldo mayor o un puesto mejor, mientras se escaquean lo máximo posible en el trabajo.
Dentro de este contexto, lo más razonable es que ambos grupos intenten alcanzar sus expectativas, sin abusar el uno del otro, recogiendo los frutos de la colaboración al convertir una lucha en una asociación donde una parte obtiene los beneficios esperados, con un crecimiento de su organización estable y sostenible, y la otra ve recompensado su esfuerzo en forma un puesto de trabajo estable, con unas retribuciones adecuadas y suficientes días de descanso para recargar pilas. Dentro de este supuesto, cabe incluso la posibilidad de una demanda por parte del jefe a sus empleados de incrementar la productividad de forma puntual, por un hecho concreto, que posteriormente se vería recompensada en forma de gratificación económica o vacacional.
En caso contrario, en caso de mantener la lucha por alcanzar la expectativa más radical y menos razonable, lo único que conseguirían sería el mantener una confrontación cuyo fin sólo beneficiaría a uno de los dos grupos, sintiéndose el otro agraviado. Quizás a corto plazo pudieran conseguirse resultados muy puntuales, pero es muy probable que a largo plazo ambos grupos observen que no avanzan, que no obtienen ni siquiera una parte de sus expectativas más razonables.
Por tanto, es fundamental para alguien que aspira a mantener una posición de liderazgo, el preocuparse por las expectativas del resto de los grupos entre los que nos desenvolvemos. Al menos si planeamos mantener nuestro status de líder durante un largo periodo de tiempo. Manteniendo el equilibrio, e intentando conseguir que cada uno de ellos obtenga la recompensa esperada, al menos en parte.
De aquí me quedaría con la idea de intentarlo, de forma sincera. Si esto es así, aunque los que nos rodean no lleguen a conseguir la totalidad de sus expectativas, valorarán nuestro esfuerzo. Aunque se encuentren ligeramente molestos, algo por otra parte completamente normal, terminaran por comprender.
Importante también es el evitar prometer algo sabemos que no podemos conseguir. No es nada recomendable el alimentar una falsa expectativa, ya que llegado el momento todos se percataran de que no somos de fiar. Y un líder no llegará muy lejos sin la confianza de los suyos.
Importancia de nuestras propias expectativas.
Por otra parte, sin caer en la utopía, un líder debe establecer sus expectativas en el nivel más alto posible. Debe aspirar a mejorar su entorno, y el de su equipo. Debe explotar al máximo su creatividad y su imaginación.
El líder no puede caer en la trampa de conformarse con unos resultados pobres, sino que debe visualizar un objetivo ambicioso y lanzarse a por él.
Por supuesto que ello significa esforzarse más, pero en la mayoría de los casos soy de la opinión de que, cuando llegamos al final de ese camino, la victoria se saborea mejor. Satisfechos con lo conseguido, dándonos cuenta de que el esfuerzo merecía la pena. Y aun en el caso de que no cumpliésemos con la expectativa deseada, incluso aunque fracasásemos, algo habríamos avanzado en la dirección deseada. Y en cualquier caso, siempre podríamos extraer una enseñanza de ello.
Celebrar las expectativas.
Por último, una vez alcanzado el éxito, debemos celebrarlo. Más si este éxito es compartido, si hemos sido capaces de ir avanzando en varios frentes, y finalmente hemos ido cumpliendo las expectativas de los distintos grupos que nos rodean.
Por pequeña que sea la meta alcanzada es un motivo de celebración.
Para nuestros jefes, para nuestros mismos, para nuestros compañeros, para nuestros subordinados, y por supuesto, para las personas por las que trabajamos.
Y tú, ¿Cómo valoras la importancia de estas expectativas, como líder, o a nivel personal?
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