El camino al éxito es un viaje continuo.

¿Por qué tantas personas alcanzan el éxito, y luego fallan?, con esta pregunta inicia Richard su charla sobre la forma en que se vive el éxito, como un camino de un único sentido, y la forma en que deberíamos de vivirlo, como un viaje continuo.

En otra de sus intervenciones en TED Talks, Richard St. John nos vuelve a hablar sobre el éxito, pero en este caso nos habla de cuando olvidamos del camino andado para llegar hasta allí.

De camino al éxito.

Cuando iniciamos nuestro camino al éxito, todos nos preocupamos de dar lo mejor de nosotros mismos.

Con una serie de pautas como guía en nuestro viaje al éxito, nos mostramos decididos y dispuestos a conquistar esa cima, más o menos tal y como Richard comentaba en otra intervención.

Mientras no tenemos la creencia de ser personas exitosas, nos dedicamos a trabajar duro y mantenernos centrados en lo que estamos haciendo. Buscamos ideas constantemente sobre la mejor manera de hacer las cosas, no nos conformarnos con ser mediocres.

Todo ello un día tras otro, de forma constante y disciplinada, procurando aportar valor a otras personas con lo que hacemos, ya sean las personas que forman nuestro equipo,  nuestros jefes, las personas por las que hacemos lo que hacemos, etc.

Poco a poco el éxito se va viendo más cercano, es normal, nos estamos esforzando mucho por conseguirlo.

Cuando se alcanza la cima.

Llega un momento en que de repente nos damos cuenta de que somos personas de éxito, que hemos alcanzado las metas que nos habíamos marcado en la vida.

Puede que incluso no seas consciente, aun cuando bastantes personas te consideran alguien importante en tu comunidad, en tu trabajo o en lo que sea. Aun cuando tus propios jefes y tu propio equipo te lo hagan saber.

Lo bueno del éxito es que algunas veces se nos hace difícil creer que hemos llegado hasta la cima, o al menos a una de las muchas cimas que tenemos por delante, y eso nos impulsa a seguir en la brecha del camino al éxito.

Ahora bien, igual que está muy bien disfrutar del hecho de habernos convertido en personas exitosas, también es cierto que hemos de evitar caer en una serie de errores y pensamientos que sólo nos pueden llevar al más absoluto de los fracasos.

No somos tan buenos.

Sí eres una persona exitosa, y por supuesto, eres muy bueno en lo que haces, si no fuera así difícilmente habrías llegado hasta aquí.

Pero eres exactamente igual de bueno, a como lo eras cuando aun creías que no habías alcanzado la cima del camino al éxito, no más.

En cualquier caso, eres bueno en lo que haces porque has acumulado experiencias, te has apoyado en otras personas que te han ayudado o te han enseñado, y por muchas otras razones.

No eres tan bueno por haber alcanzado el éxito, has alcanzado el éxito porque eres bueno. Por ello, para mantenerte exitoso, has de seguir mejorando, has de seguir siendo bueno.

No somos tan brillantes.

Si has llegado a tener éxito en lo tuyo te habrán dicho que eres una persona muy inteligente. Se sincero, seguro que sí, o al menos tú lo has creído.

Eso está muy bien, pero que tampoco se te suba a la cabeza demasiado, si te vuelves perezoso dejaran de asomar a tu cabeza esas magnificas ideas que antes solías tener.

Escucha y observa lo que ocurre a tu alrededor, mantén tu curiosidad siempre despierta, hazte preguntas sobre las cosas que te intrigan o sobre las que tienes curiosidad, e intenta conectar todo eso y buscar una solución al problema.

Si esperas que las ideas aparezcan de repente, como por arte de magia, puedes esperar sentado. Recuerda que a veces las mejores ideas se obtienen haciendo cosas muy simples, pero haciendo.

No te olvides de lo importante.

Para llegar a tener éxito hemos de haber prestado atención a lo que realmente importa, a las personas y lo que hacemos.

Sin embargo en ocasiones, cuando llegamos a tener éxito comenzamos a prestar mayor atención a lo que este nos proporciona, como pueden ser el dinero o la fama. Vale, a todos nos gusta disfrutar de esto.

Pero recuerda que lo importante es que debes seguir manteniendo tu atención fija en lo que importa, por encima del dinero o la fama.

Si dejas de hacerlo, estas personas que te dieron su confianza dejaran de confiar en ti, y harán bien porque tu principal preocupación ya no son ellos. Y claro, el dinero, la fama, y todo lo demás, también se irán.

No te olvides de lo que amas.

Para mantenerte firme cada día de camino al éxito, es seguro que te habrás dedicado a hacer algo que realmente te apasionaba, de otra manera es especialmente difícil.

Por ello, una vez que has alcanzado ese éxito, debes continuar haciendo lo que tanto te apasiona, o al menos intentar que forme parte de tu día a día.

De otra forma comenzaras a tener la sensación de que alcanzar el éxito no merece la pena, y en este caso será verdad, porque estarás haciendo algo que realmente no quieres hacer.

Cuando caemos de la cima.

Quién no ha pensado que era muy bueno en lo que hacía, mejor incluso que los demás, y que sus opiniones eran mejores a las del resto de personas que formaban su equipo, que no sabían lo que decían.

Seguro que habrá quien ha terminado creyendo que era un líder brillante, al dejarse llevar por las palabras admiración y agradecimiento de otros, e incluso ha llegado a volverse un poco autoritario creyendo ayudar aunque los ayudados no lo creyeran así.

En algún caso, con motivo de alguna aparición en medios de comunicación, alguno habrá tenido la tentación de creer que es un poco famoso, cuando en realidad nadie lo conoce, o al alcanzar el éxito se ha dejado engatusar por el «síndrome del ejecutivo», y se ha olvidado de continuar haciendo lo que le mantuvo en el camino al éxito.

En mi opinión, todos sin excepción caemos en estos, y en muchos otros errores, yo al menos estoy seguro de haber sucumbido aunque sea un poquito, aunque sólo sea de pensamiento.

En caso de que a ti también te haya ocurrido tampoco pasa nada. Se trata de superar este fracaso personal, aprender de la experiencia y volver a ponernos en marcha camino al éxito.

Resumiendo, tal y como Richard explica en su intervención, el camino al éxito no es un viaje de un solo sentido, si no que es un viaje continuo.