En esta entrada te voy a mostrar un vídeo de unos 6 minutos, quizás pueda cambiar tu concepción de liderazgo, especialmente del liderazgo del día a día, del liderazgo cotidiano.
En el Drew Dudley, un coach del liderazgo canadiense, explica como un simple gesto, del que no guarda ningún recuerdo, influyó en la vida de una persona.
¿Alguien ha influido en ti?
Quizás fuera un jefe, un familiar, o un amigo que te dijo las palabras adecuadas en el momento adecuado, o que te presto su ayuda en el momento preciso. Un desconocido que con el gesto más absurdo e inexplicable que hubieras podido imaginar cambio tu vida para siempre.
Ahora piensa un poco, ¿se lo has hecho saber, o sigue deambulando por este mundo sin tener ni idea del bien que pudo ejercer sobre ti?
Hoy en día, lo único que siento, es no haberme acercado a las personas que con un pequeño gesto mejoraron mi vida, para hacérselo saber y darles las gracias.
Maestros, profesores, compañeros, jefes, etc. Es más que probable que sean decenas de personas y, cada una de ellas, influyó en mí de forma muy positiva. Educándome y enseñándome, guiando algunos de mis pasos en esta vida.
¿Has influido en alguien?
Quizás no lo sepas, y puede que hayas influido en alguien, hasta el punto de que quizás hayas cambiado su visión del mundo en que vivimos. Yo mismo hubiese considerado esto algo muy pretencioso.
Es probable que prefieras creer que, un gesto tuyo, es algo tan insignificante que difícilmente pueda cambiar la vida de otra persona.
Que el liderazgo es algo que viene marcado en nuestros genes. Algo con lo que se nace, o que se hereda de nuestros mayores.
Que, para cambiar la vida de alguien, hemos de ser ricos y poderosos, y difícilmente las personas comunes podemos cambiar la vida de alguien, de forma significativa.
Que, en cualquier caso, es muy difícil el llegar a impactar tanto a alguien que nos recuerde años después, y más aun que nos lo haga saber.
El potencial del liderazgo cotidiano.
Cada uno de nosotros somos una pieza del enorme mecanismo que es la humanidad. Quizás, sin que ni siquiera seamos conscientes, hayamos conseguido mejorar la vida de otras personas. Con un pequeño gesto, con una pequeña acción.
La verdad es que es muy probable que esto haya sido así. Piensa en todas las personas con las que has interactuado en tu vida ¿estás seguro que nunca has impactado a nadie?
Es más, estoy seguro que habrá cientos de profesionales que piensan que piensan que jamás serán líderes, ya que jamás han hecho grandes cosas, pero ¿estás seguro que es necesario hacer grandes cosas para cambiar el mundo?
Acaso un buen profesor no impactará en la forma de ser y de pensar de sus alumnos. Incluso puede convertirse en un guía, y determinar cuál será el camino que tomen en un futuro, sin percatarse de ello.
Cuántos maestros de primaria, o profesores de la enseñanza secundaria o universitaria, se ven a sí mismos como líderes. Cuántos serán conscientes de la importancia de su trabajo en el mundo.
Que lo cotidiano deje de ser anónimo.
Yo tuve la enorme fortuna de que algunas personas se acercara a mí, y me dijesen que había sido alguien importante en sus vidas.
No soy el primero en sentir esto, Victor Hugo también habla de ello, con este excelente vídeo, en su Blog.
En ese momento muchas cosas cobraron sentido. Pude sentir la fuerza, y la importancia, de ejercer un liderazgo responsable, de servicio. Esas personas mejoraron mi vida quizás sin saberlo, me dieron fuerzas para continuar trabajando duro.
Por eso, puede ser bueno también que el liderazgo cotidiano deje de ser un liderazgo anónimo, sin caras.
Quizás esta sea tu forma de cambiar el mundo de otros, diciéndoles lo mucho que influyeron en tu vida.
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