En alguna ocasiones, las personas que forman parte de una organización no se sienten parte de la misma, en esos casos se refieren a las personas que están situadas en lo alto de la cadena jerárquica como «ellos».
Estaba viendo el reality de «El Jefe», cuando un trabajador le decía a su Director de Operaciones que a «ellos» no les importaba las condiciones de trabajo ni su situación personal, evidentemente el CEO estaba trabajando infiltrado en su propia empresa, y al hablar de «ellos» se refería a la cúpula de la empresa.
¿Por qué ellos y nosotros?
Hasta cierto punto, es normal que las personas que desempeñan las tareas de menor nivel en una organización se sientan como meros números y estadísticas, que los jefes manejan desde las alturas, sin conocer la realidad del día a día.
También he de reconocer que viendo el reality me percaté que la gran mayoría de quienes participan en él, manejan su negocio en base a hojas de cálculo y presentaciones, y en realidad no son conscientes del alcance de algunas sus decisiones, o quizás prefieran no ser conscientes.
Lo más probable es que debido a esto se produzca una ruptura entre la base «nosotros» y la cúpula «ellos».
«Nosotros»
Normalmente, el mayor problema de fondo es que los primeros, la base de la organización, no se sienten valorados como personas, sino que se sienten como simples instrumentos de los que se puede prescindir una vez cumplida su función.
Desde hace más de diez años llevo trabajando dirigiendo y liderando grupos de personas. Tristemente he de reconocer que algunas de las personas con las que he tenido que trabajar eran profesionales «quemados», o se sienten desencantados con la organización.
Este es un trabajo vocacional y siempre he pensado que esa persona, que ahora está deseando que finalice su turno de trabajo, tomó la decisión de dedicarse a esto porque sentía la misma pasión que yo sentí en su momento.
¿Qué ha cambiado entonces?
Cuando me hago esta pregunta no me queda más remedio que atribuir gran parte de la culpa a los jefes, a los que dirigimos los distintos equipos y unidades, o al menos así lo perciben «nosotros». La base no se siente identificada con la cúpula por múltiples razones.
Es cierto que cada vez se estilan menos las conductas de liderazgo que mencionaré a continuación, pero también hay que tener en cuenta que un mal jefe puede «cargarse» un equipo eficaz rápidamente.
Los jefes sólo piensan en sí mismos
En ocasiones el jefe del equipo ejerce un liderazgo centrado en exigir resultados, sin importarle lo más mínimo, los problemas de su personal.
El problema no es la excesiva dureza del jefe. Sorprendería a muchos que quienes están en la base de la organización no tienen problemas con los jefes exigentes.
El mayor problema son los jefes que carecen de compromiso con la organización. Jefes que sólo se preocupan de medrar, y obtener beneficio propio, a costa del trabajo de la base. Jefes que sólo saben pedir para sí mismos, sin dar ni escuchar.
Nosotros: «Por qué les va a preocupar el líder, si éste no se preocupa por ellos.»
Constantes cambios de humor y criterio
Incluso a los que lideramos equipos de trabajo nos gusta contar con personas más o menos equilibradas y estables, cuanto más no lo desearan quienes tienen que «sufrir» los cambios de humos de quien ostenta una posición de poder en la organización.
Esa falta de criterio hace que, quienes forman la base de la organización, no tengan claras las reglas del juego, y estén más pendientes de los cambios de rumbo que de su trabajo.
Al final llega un momento en que lo normal es que piensen que, en lo alto de la cúspide de la cadena jerárquica, nadie tiene muy claro lo que quiere, o que no saben cómo lograr los objetivos.
Nosotros: «Si el líder no sabe lo que quiere, como lo van a saber sus subordinados.»
Falta de compromiso e implicación
Otra razón para que las personas que forman la base se encuentren escasamente motivadas, a la hora de realizar sus funciones, es que la cúpula tampoco está motivada.
Esa falta de motivación y empuje del líder se transmite a las personas que forman su equipo, y todos comienzan a comportarse como si no importara lo más mínimo el conseguir los objetivos.
Jefes que pasan días sin acudir al puesto de trabajo, o que se toman un días libres como si no costasen. Jefes que sólo se dedican a organizar barbacoas para sus empleados, y que convierten en ocio el trabajo, evitando tomar decisiones, o conflictos con su personal, son ejemplos de ello.
Nosotros: «Por qué les va a importar la organización, si al líder tampoco no le importa.»
¿Qué es lo que «nosotros» necesita?
Me gusta hablar mucho con las personas que se están encuadradas en las distintas Unidades y equipos que dependen de mí.
Sí, es un trabajo de muchos meses que quienes forman la base de la organización le digan al jefe lo que les pasa por la cabeza, lo que les preocupa, de forma clara y abierta.
Sin embargo, es una de las mejores maneras que conozco para ir creando lazos de lealtad entre distintos escalones jerárquicos de la organización, así como de estar siempre informado del qué, del cómo y del por qué de todo lo que ocurre, y de cómo creen que podemos avanzar y mejorar.
De estas conversaciones he terminado formándome una imagen bastante clara de lo que para «nosotros» es un buen jefe, principalmente:
- «Nosotros» quiere que el jefe sea eso, el jefe. El líder del equipo al que dirigirse cuando haya problemas, sin rehuir su responsabilidad descargando sobre los hombros de un subordinado lo que deberían ser sus funciones.
- Aunque parezca sorprendente, entienden que el jefe tiene muchas cosas que hacer, y seguro que tendrá cientos de cosas en la cabeza, pero esperan que de vez en cuando se ponga al frente y que tire del carro, especialmente en los momentos difíciles.
- El jefe tendrá problemas como todo el mundo, pero «nosotros» se siente desconcertado cuando su líder les recrimina cosas sin motivo alguno. Aunque supongan que ha tenido un mal día, esperaban que el líder estuviera a otro nivel.
- Quieren que se les enseñe qué es lo que tienen que hacer y cómo, y quieren saber a quién se han de dirigir si tienen dudas, y que alguien de vez en cuando los supervise para proporcionarles algo de feedback.
- Les gustaría que se confiara en «nosotros» si habitualmente hacen bien su trabajo, o no dan motivos para pensar lo contrario, y normalmente esperan que el jefe sancione al jeta, al vago, o al sinvergüenza, si «nosotros» fuera jefe lo harían.
Básicamente, «nosotros» espera que «ellos» bajen de vez en cuando hasta su nivel, y poder así transmitir sus inquietudes.
No deja de ser otra situación de conflicto sin resolver, y en ciertos casos los jefes tampoco son conscientes, o no querían serlo, de lo que está pasando.
En realidad, lo ideal es que «ellos» y «nosotros» desaparecieran, y fuera sustituido por «el equipo» o «todos».
Quieres tener acceso al centro de recursos gratuitos?
Suscríbete, accede y descarga contenidos exclusivos para suscriptores.
Tu privacidad me importa. Nunca compartiré tus datos con nadie - 100% Libre de Spam
Deja un comentario