Corregir una conducta negativa, o tratar de hablar sobre algo que creemos que se ha hecho de forma incorrecta, puede terminar siendo una charla que termine dando buenos frutos para el futuro, o bien acabar con ambas personas peor a como comenzaron.
En la última entrada del Blog te mostré una charla de Margaret Heffernan sobre el conflicto, y las posibilidades que una correcta gestión del mismo puede ofrecer al liderazgo.
Investigando en Internet sobre el asunto, me he topado con este artículo de Rubén Alzola sobre cómo hacer, y como afrontar las críticas. Me ha parecido interesante, y me ha impulsado a escribir, e intentar aportar algo sobre el tema.
Como hacer crítica constructiva.
Lo primero que hemos de tener presente es que, el objetivo de la crítica es construir, e intentar mejorar la actitud, o la aptitud, de otra persona.
Si ese no es tu objetivo deberías plantearte si en realidad lo que estás buscando es llevar a cabo una crítica destructiva. Quizás hayas sufrido un ataque anterior de esa persona y creas que lo merece, pero un ataque atraerá otro ataque, y no creo que haya manera de que eso acabe bien.
Vamos a ver algunas cosas que podemos hacer para favorecer que la situación de conflicto que supone hacer o recibir una crítica, se desarrolle de la mejor manera posible.
Mostrar empatía con el criticado.
Ponernos en la piel del criticado es bueno para él, y también para nosotros. Hemos de ser capaces de ver su punto de vista, y de entender el por qué de sus acciones.
De esta manera quizás podamos ayudarlo mejor. Seremos capaces de ir guiando la discusión, y quizás conseguiremos que la charla se desarrolle de una forma más distendida y amigable.
Ofrecer tu apoyo a esa persona, implicándote en la solución al problema puede ser algo que le ayude a darse cuenta que tu intención no es atacarlo, si no que tratas de ayudarlo.
Escucha todo lo que te diga.
Es más que probable que esa persona también esté molesta contigo o con otros compañeros, por los motivos que sea, que considere que se le está tratando injustamente, o trate de justificar su actuación de alguna manera.
Eso es lo más normal del mundo, e incluso me atrevería a decir que tiene algo de positivo ¿Imaginas que alguien, al serle reprochada una mala actuación, ni sienta ni padezca?
En cualquier caso escucha, especialmente después de haberle dicho lo que crees que está mal. Has de dar a esa persona la oportunidad de explicarse, o de hacerte entender que eres tú quien está en un error, que también es posible.
Solo mejor que acompañado.
Para muchísimas otras cosas en la vida es bueno tener compañía, u otras personas con las que compartir el momento. Esta no es una de ellas.
A no ser que se trate de un problema que afecte de forma general a la organización, no es buena idea criticar la actuación de alguien delante del resto de personas de tu equipo.
Lo mejor es buscar un lugar donde ambos os sintáis cómodos, una zona neutral como una cafetería, o durante alguna actividad extra laboral, pueden ser buenas opciones.
No saturar con la crítica.
Aunque es cierto que es interesante aportar datos objetivos, y no divagar sin dar motivos de peso a la crítica, tampoco es bueno agobiar al criticado con infinidad de datos y argumentos, o mostrándole otras ocasiones donde pudo no actuar correctamente.
Hasta cierto punto, es lógico que se pregunte por qué no le dijiste nada entonces, piense que aprovechas ahora para desahogarte con él, y perciba esa crítica como un ataque total.
También es posible que, tras una crítica masiva, se termine teniendo la sensación de no hacer nada bien, y que lo que estés haciendo sea machacar su autoestima.
Criticar lo que hace, NO lo que es.
Es muy importante que la persona sobre la que se ejerce la crítica sepa que nuestro objetivo no es atacar su forma de ser. No estamos realizando un ataque a su persona, queremos corregir algo que ha hecho que creemos incorrecto.
La crítica la hacemos para que vea que se podrían haber hecho las cosas de otra manera, y que se habría obtenido mejores resultados, al menos desde nuestra perspectiva.
En realidad deben de importarte como personas, ya que si no te importasen no te molestarías en mostrarles como mejorar, y evidentemente, no estarías leyendo esto.
No pierdas los papeles.
Evidentemente no es bueno que una situación de conflicto, como puede ser hacer o recibir una crítica, se desarrolle a gritos y con malas formas, o con actitud agresiva.
La otra parte se pondrá a la defensiva, y es casi seguro que se perderá cualquier oportunidad de aclarar la situación de conflicto.
Si estás disgustado con esa persona, lo mejor es que busques otra ocasión para hablar, si no, es posible que termines diciendo algo de lo que te arrepentirás antes o después, algo que en realidad no querías decir.
Autocrítica, y aceptar la crítica de otros.
El líder también se equivoca, y debe hacer ejercicios de autocrítica con cierta regularidad, y en cualquier caso al finalizar grandes proyectos u operaciones.
Si estos ejercicios de autocrítica los lleva a cabo rodeado de su equipo, o de gente de confianza, mejor que mejor. Promoviendo que, esas personas que forman nuestro círculo de confianza, sean sinceras a la hora de evaluarnos, dando su punto de vista en lo que podríamos mejorar.
Todo lo que no sea eso es un baño de masas, que sólo sirve para hacernos sentir importantes y mejores de lo que realmente somos.
Seguro que tienes alguna aportación, o alguna corrección, sobre cómo afrontar las críticas. Si es así, te invito a dejarla en forma de comentario.
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