¿Es posible determinar la confiabilidad de una persona en base a ciertos aspectos, que nos indiquen de forma más o menos segura si podemos pasarles el testigo, o delegarles una tarea? ¿o es mejor confiar por igual en todas las personas?
Aquí te traigo un vídeo de Onora O’Neill, quien explica una serie de cosas que muy interesantes sobre la confianza, así como por qué la mayoría de nosotros no entendemos muy bien este concepto.
¿Hemos de confiar más en las personas?
Efectivamente, tal y como se explica en el vídeo, tener confianza en cualquier persona independientemente de que sea merecedora de esa confianza o no, es algo que si nos paramos pensar mínimamente puede parecer casi absurdo.
Quizás lo más sensato sea determinar las personas en las que podemos confiar, y para qué.
No se puede confiar en todos por igual.
Todos y cada uno de nosotros, cada uno de los seres humanos que existimos sobre este planeta, tenemos personalidades individuales.
La lógica por tanto nos dice que cada relación que mantenemos con una persona debería ser individualizada, y por tanto, la confiabilidad que cada uno nos puede merecer también puede variar, dependiendo de diversos factores, o la tarea a realizar.
Todo esto ocurre incluso aun formando parte de un equipo altamente capacitado, y bien cohesionado.
¿Hay forma de fijar la confiabilidad?
Si hacemos caso a lo anterior, lo importante entonces es determinar si una persona reúne una serie de requisitos para que depositemos nuestra confianza en ella, o si por el contrario, no merece ser digno de nuestra confianza.
Es cierto que existen algunos aspectos que nos pueden ayudar a medir de forma indubitada, o al menos a determinar de forma relativa, la confiabilidad de unos con respecto a otros. Onora nos propone un conjunto de tres que a su juicio pueden determinar la confiabilidad de cada persona. Competencia, honestidad y responsabilidad.
¿Son competentes?
Cada persona tiene sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y cada uno de nosotros somos muy buenos haciendo según qué cosas, pero también puede que seamos nefastos en otras.
Alguien puede ser una persona muy honesta y responsable, pero también puede que carezca totalmente de la habilidad necesaria para desarrollar una determinada función.
Es decir, es posible confíes plenamente en esa persona para llevar a cabo otro tipo de proyectos, pero para este en concreto, no puedes confiar.
¿Son honestas?
Hay quien puede ser un auténtico genio en el campo que sea, y tener la responsabilidad y la disciplina necesaria para alcanzar el éxito, o para llevar a cabo cualquier tarea que se les encomiende.
Sin embargo tienen un problema, y es que sólo piensan en sí mismos, sólo tienen interés por sus propias carreras, y están dispuestos a hacer y decir lo que consideren necesario para medrar.
No creo que sea necesario explicar los motivos por los que este tipo de personas no merecen que deposites tu confianza en ellas.
¿Son responsables?
Supongo que casi todos nosotros tenemos algún amigo, o conocemos alguna persona, de este tipo.
Son excelentes personas, e incluso están altamente cualificadas para desarrollar la tarea propuesta, pero son muy despistados o les falta resolución, y sobre todo responsabilidad.
Como es lógico, en el caso de que confíes en este tipo de persona para llevar a cabo un proyecto, o una tarea, es mejor que no tenga fecha de entrega y estés encima de él para ver como evoluciona.
Valorar la confiabilidad que alguien nos merece, puede ser fundamental para que tomemos la decisión de delegar en esa persona.
¿Te parece acertada la visión de Onora, o por el contrario eres de los que considera que este mundo necesita más confianza?
Te invito a dejar tu opinión en forma de comentario.
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