Imagina que ejerces el liderazgo de un grupo de personas, en el que cada cual tiene asignada una función específica, poseyendo los conocimientos y la experiencia necesaria para desarrollar sus funciones sin tener que recurrir constantemente a ti.
Entonces, ¿para qué estás tú?
Esta pregunta te puede surgir en algún momento dado, o puede que alguien te haga plantearte si realmente es necesaria una figura de liderazgo en el grupo.
En la situación antes descrita es bastante habitual que los seguidores tengan un mejor conocimiento de la normativa, y los de procedimientos a seguir, que el propio líder.
De dos sucesos aparentemente inconexos, como fueron leer un artículo de otro Blog, y ver un capitulo de una serie de televisión, tomó forma en mi cabeza este articulo, con la esperanza de mostrarte que aun así puedes aportar a tu equipo como líder.
Un artículo y una serie.
El artículo.
Justamente ayer, mientras buscaba inspiración para escribir un artículo, encontré el siguiente artículo de José Miguel Bolívar, el artículo es muy interesante, pero evidentemente no puedo estar de acuerdo con su visión de las cosas.
En realidad, yo tampoco comulgo con la visión mesiánica del líder, y creo que José Miguel lleva sus planteamientos a una posición extrema precisamente para posicionar de forma clara su postura a este respecto.
También para conseguir la atención de los lectores, y que quienes tengan esa visión del líder omnipotente, sin el cual no es posible hacer nada, abran los ojos a la realidad de un liderazgo de ejemplo y servicio.
¿Qué es un mentor o un facilitador, sino alguien que pone su capacidad para liderazgo al servicio de los demás?
También es cierto que quizás me esté equivocando en esta apreciación, que a fin de cuentas es muy personal.
La serie.
En otro orden de cosas, últimamente estoy viendo una serie de televisión, donde un grupo de personas con poderes forman un equipo.
El «líder» del grupo es el único del equipo que no tiene ningún poder, de hecho era alguien que sólo trataba de ayudarlos y comprenderlos, actuando inicialmente como psicólogo y terapeuta de estas personas con poderes.
Esto me dio que pensar sobre cuáles podrían ser los motivos por los que alguien, que no destaque especialmente en ningún aspecto, actúe como «líder» dentro de un grupo con personal altamente cualificado, o como poco más cualificado que el propio líder.
Estoy seguro que algunos de los que leéis el Blog os sentís identificados con esta situación, y es probable que en algún momento os hayáis hecho la pregunta que daba inicio a este artículo.
Podemos vivir sin líderes?
Queramos o no, las organizaciones están jerarquizadas, y esto pone a unas personas en una situación de poder con respeto a otras, y con capacidad para influir en sus acciones.
En el caso de que esto no sea así, existen numerosos ejemplos en los alguien es reconocido informalmente por el resto como su líder, ocurriendo esto de forma natural y espontanea.
Incluso se puede dar el caso de que exista un líder formal, establecido por la organización, y que a la vez exista un líder informal seguido libremente por el resto.
También creo que es necesario que mencionemos a los líderes anónimos, personas que en un momento dado te dijeron las palabras adecuadas en el momento adecuado, o te prestaron su ayuda. Un desconocido que con el gesto más absurdo e inexplicable que hubieras podido imaginar cambio tu vida para siempre.
Que no sepamos su nombre, ni seamos capaces de identificar sus caras no significa que no existan, y mucho menos que no sean necesarios para la sociedad.
Pero Entonces, ¿Qué aporta el líder?
Vamos entonces al fondo de la cuestión de este articulo ¿Qué es lo que tú puedes aportar como líder a tu equipo?
Pero primero escucha bien. Se trata de aportar al valor del que ya dispone tu equipo, no que sin ti no haya valor en el equipo.
El éxito no se alcanza por tu liderazgo, tu liderazgo por si solo no sirve absolutamente para nada. El éxito se alcanza gracias al trabajo de todas y cada una de las personas que forman tu equipo.
Aquí van sólo algunas cosas que puedes aportar a tu equipo como líder. Hay muchas más, esto es sólo una pequeña muestra de que eres útil como líder.
Equilibrio y cohesión.
Como líder puedes aportar equilibrio y cohesión al conjunto, de forma que personas con grandes diferencias puedan trabajar juntas sin muchos problemas.
No se trata de acallar las distintas voces que forman el equipo, y sustituirlas por la de la organización, sino de conseguir que todas esas voces tengan la oportunidad de hacerse oír dentro del todo que forma una melodía.
Actúa como facilitador.
Has de facilitar la transición dentro de los periodos de cambio por los que atraviesa tu equipo.
Has de facilitar el desarrollo personal y laboral, que lleve a alcanzar el éxito a las personas que forman tu equipo.
Has de convertirte en ese líder transformador, que ayuda a su equipo a desarrollar su propio liderazgo.
Coherencia y visión de conjunto.
Creo que a las personas nos gusta trabajar y hacer cosas, el problema viene cuando lo hacemos sin saber por qué hacemos lo que hacemos, y no le encontramos mucho sentido a nada.
En otras ocasiones, nos enfrascamos tanto en la realización de la tarea que no somos capaces de ver el bosque completo, el proyecto global que motiva nuestras acciones.
Como líder puedes darle sentido y coherencia al trabajo que hacen las personas que están en tu equipo, y mostrarles cuál es ese proyecto de conjunto.
Tú también puedes ser bueno en lo tuyo.
Sí, es útil tener un conocimiento más o menos extenso del trabajo que llevan a cabo quienes forman tu equipo.
Incluso me atrevería a decir que sería muy recomendable a que todos los líderes, en algún momento, descendiésemos a las trincheras y dedicásemos tiempo a mancharnos las manos, y que esto nos sirviese para darnos cuenta de la importancia y las dificultades por las que atraviesan cada día nuestros subordinados, así como de sus necesidades.
Pero no seas iluso, llegado un punto nadie es capaz de acumular la experiencia necesaria para ser bueno en todas las tareas que desempeñan las personas que forman su equipo. Especialmente si lideras a un gran número de personas, o un equipo multidisciplinar altamente especializado.
Es evidente que la posición de liderazgo puede ser ocupada por una de las personas que disfruta de un poder determinado, o que dispone de una alta cualificación en la tarea que desarrolla.
De hecho esto ocurre todos los días, aunque entonces esta persona estará más preocupada en dirigir y liderar a su equipo, volcándose en atender a sus problemas y necesidades, asistiendo a reuniones, etc.
Es indiscutible que esta persona, conforme vaya pasando el tiempo y asuma más su rol de líder, deje de utilizar sus habilidades en beneficio de su equipo, o al menos que dedique menos tiempo a ello, por la simple razón de que no tiene suficiente.
Quizás no seas un experto en cada tarea que desempeñan quienes forman tu equipo, pero es que liderar es en sí mismo otra función. Liderar es tú tarea.
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Jose Miguel Bolivar says
Hola Juan. Lo primero, gracias por la referencia. Tú mismo apuntas a que ser líder es un rol, es decir, un papel. Las teorías clásicas afirman que el líder «es». Cuando afirmo que no necesitamos líderes lo que quiero decir es que no necesitamos a los líderes de siempre. A día de hoy el rol de líder es algo que no solo debería estar al alcance de cualquier persona sino que sería enormemente provechoso para toda la sociedad que el liderazgo se ejerciera de manera distribuida y con mucha más intensidad y frecuencia. En resumen, combato la creencia de que liderar es algo al alcance de unos pocos «elegidos» porque cualquiera puede, y debe, ser líder.
Un abrazo!
JM
jaslopez says
Muchas gracias José Miguel. Como el tema se presta bastante a debate, he estado siguiendo la linea de comentarios. Tal y como imaginaba, observo que tu critica va dirigida contra la creencia de que la posibilidad de influir en otras personas, y ejercer una acción de liderazgo, está reservada a unas pocas personas.
Efectivamente, estoy totalmente de acuerdo contigo en que es necesario que las organizaciones exploten el enorme potencial que ofrece el liderazgo «cotidiano», que cada una de las personas que forman dicha organización puede ofrecer.
Cuando uno escucha hablar a las personas que forman la base de las organizaciones llega a la conclusión de que en raras ocasiones esperan algo de sus jefes-líderes, y no es porque haya pocos jefes-líderes auténticos y con grandes capacidades de liderazgo, es que hay muchos jefes-líderes acomodados, y sin muchas ganas de ejercer un liderazgo auténtico, capaz de proporcionar motivación y empuje a su personal.
Un saludo.