Navegando por Internet he encontrado este enunciado de Walter Scott.
Creo que encaja perfectamente con la filosofía encerrada en las frases de motivación, o en las frases de liderazgo.
Como líder no puedes permitirte el lujo de ser tímido o indeciso. Quien aspire a alcanzar una posición de liderazgo ha de tener valor y tomar decisiones, en lo bueno y en lo malo.
Nada es imposible, o sí?
Es evidente que existen cosas realmente imposibles, o al menos lo son de momento.
Me refiero a esos imposibles que son perfectamente alcanzables a base de un gran esfuerzo, y con un ejercicio constante de voluntad y disciplina.
En ocasiones tenemos en la boca la palabra imposible.
Mucho antes de pararnos a pensar en los pasos que habríamos de dar para alcanzar un objetivo.
Lo cierto es que, en la mayoría de los casos, la razón es que nos rendimos antes siquiera de intentarlo por distintos motivos.
Parece demasiado grande y difícil.
Es fácil ser un líder competente cuando todo es fácil y marcha bien, pero en ocasiones las cosas se tuercen, o ante nosotros se presenta un gran reto pero muy duro y se nos puede hacer cuesta arriba. Parece una meta imposible de alcanzar.
Los grandes retos son así, o no serían grandes retos.
Un buen líder se forja dirigiendo a sus seguidores en tiempos de dificultad, alcanzando metas que para otros se antojan imposibles.
Podrá triunfar o fracasar, pero habrá actuado tal y como se esperaba de él.
Implica salir de nuestra zona de confort.
La mayor parte de las veces nos cuesta salir de nuestra zona de confort en mayor o menor medida.
En esa zona por descubrir todo es incertidumbre, y no sabemos que nos vamos a encontrar o de qué forma reaccionar.
Quien aspira a ocupar una posición de liderazgo debe tener claro que, una de sus tareas más complicadas, será la de liderar un proceso de cambio.
Deberá de tirar del carro y avanzar hacia lo desconocido con paso firme, dando ejemplo a quienes le siguen. Tomando las medidas necesarias para superar esa resistencia al cambio.
Hacer posible lo imposible.
La historia de la humanidad está llena de «imposibles», pero hay que tener en cuenta que la humanidad hace «trampas». Dispone de un recurso único y valioso para desafiar esos «imposibles».
Si nadie hubiese desafiado esos límites, autoimpuestos en la mayoría de los casos, el ser humano no habría alcanzado algunos de sus grandes hitos.
Muchas personas tampoco habrían alcanzado sus grandes o pequeños sueños.
De esto hay que sacar una lección, nada es imposible.
Cuando sientas que no te quedan fuerzas, descansa y retoma aliento.
Si tropiezas levántate y cura tus heridas.
Pero siempre, cuando estés en condiciones, continúa tu viaje hacia lo imposible.
Si te muestras decidido a alcanzar tu meta, ten por seguro que lo conseguirás.
Si no fuese así tampoco debes echarte las manos a la cabeza. Habrás puesto la primera piedra de una gran construcción, y antes o después otros continuarán tu obra.
Y tú, eres de los que creen que con un poco de ingenio y confianza, y un gran dosis de disciplina, trabajo duro y esfuerzo, puedes conseguir cualquier cosa, que nada es imposible?
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Pedro says
Me parece una entrada de blog muy buena. El mayor limitante somos nosotros mismos….
jaslopez says
Que tal Pedro, muchas gracias por el comentario.
Efectivamente en un tanto por ciento muy alto de las ocasiones el mayor limitante solemos ser nosotros mismos.
Para ti que eres runner, como me enseñaron en su día, «Cuando el cuerpo dice basta, la mente dice adelante».
Aunque no lo creamos, todos somos capaces de superar límites muy superiores a los que creemos que tenemos, incluso los que estamos «fuertecitos» como yo, jejeje.