Ejercer el liderazgo de un equipo en momentos de bonanza es una tarea relativamente sencilla, es fácil felicitar a nuestro personal por una operación que se ha cerrado con éxito.
Sin embargo, son en esos momentos difíciles en los que un autentico líder va a brillar con intensidad.
Estos contextos de adversidad pueden deberse a decenas de motivos distintos, como por ejemplo situaciones de cambio en la organización o en el entorno de la misma, operaciones fallidas, etc., pero en cualquiera de estos casos el líder ha de mantenerse al frente de su gente.
Ser y Estar.
Verdaderamente en los momentos de dificultad son en los que es necesario que exista una figura de liderazgo clara a la que seguir. Aquí un líder debe ser exactamente eso, un líder.
Tan importante como ser el líder, es estar en el momento y el lugar donde se presenten las dificultades.
Todas las miradas en estos momentos se volverán para ver lo que el líder dice o hace, y esperan una respuesta por parte del mismo, esperan que tome las riendas de la situación y adopte una postura clara.
Rehuir la responsabilidad en estos momentos, o pretender que esta responsabilidad de liderar recaiga en otros, causará un daño irreparable.
Decidir.
Eres el líder, y te has interesado por la situación de crisis que atraviesa la organización, y por supuesto, tal y como todo el mundo esperaba, te has hecho cargo de la misma.
Ahora llega el momento de ser valiente y de mojarse. Llega el momento en que has de empezar a tomar decisiones, basadas por supuesto en tu experiencia y en tu buen juicio.
Puedes y debes aprovechar la experiencia y los conocimientos de tus colaboradores, y por supuesto puedes y debes delegar en ellos alguno de los desafíos a los que se tendrá que enfrentar tu equipo para salir de estos momentos difíciles.
En estos momentos de dificultad e incertidumbre es vital establecer un rumbo hacia el que la organización debe avanzar. En la mayoría de las ocasiones es mejor tomar una mala decisión que no tomar ninguna, estoy totalmente convencido.
Apoyar.
Unas palabras de aliento que les levante el ánimo nunca vienen mal. Si han hecho todo lo que estaba en su mano por solventar el problema, o para alcanzar los objetivos ¿por qué no?
Quizás factores externos afectaron el desempeño de tu equipo. Quizás no has dado suficiente tiempo para que los resultados se presenten, o quizás el objetivo a alcanzar era demasiado ambicioso.
Vale, es posible que el objetivo no se alcanzase, o los resultados pudieran haber sido mejores, porque alguien cometió un error.
Es fácil felicitar a tu personal cuando todo ha salido bien, pero ten en cuenta que cuando tu equipo se enfrente al fracaso, va a ser cuando realmente necesiten esa inyección de moral.
Aprender.
Puedes cometer equivocaciones que te hagan vivir momentos difíciles, no sólo a ti sino que también a tus subordinados, lo que te va a provocar grandes preocupaciones.
Aunque entiendo tu preocupación sólo te puedo decir una cosa, intenta que esos momentos de gran frustración pasen lo antes posible, busca soluciones viables al problema que se os ha presentado, y ponte al frente de tu equipo para salir de ésta.
Ya tendréis tiempo para analizar que produjo esa crisis, y la forma de implementar procedimientos para evitar que vuelva a producirse o minimizar sus efectos.
A veces tenemos la inmensa suerte, o la mala fortuna, de que todo nos sale bien. No te ilusiones demasiado, es cuestión de tiempo que la cagues, y cuanto más tarde peor. En nuestros comienzos todo es perdonable, ya que eres nuevo y se entiende que no tienes experiencia.
Creer.
Como colofón a esta gran tarea, que será liderar a tu equipo en los momentos difíciles, te queda por hacer algo que aunque pueda parecerlo, no siempre es simple ni fácil.
Creer en el futuro, y transmitir esa creencia a las personas que te siguen a lo largo de este proceso de recuperación.
Si tú no te crees capaz de superar estos momentos difíciles, como esperas que tu equipo tenga la certeza de que vais a salir de esa situación y mantenga la confianza. Eso sí, esta creencia debe ser sincera y honesta.
Por supuesto que también puedes caer en momentos de desánimo, todos somos humanos. Lo importante es reponerte, recuperar la pasión y la motivación, y volver a ponerte al frente de tu equipo para solucionar el problema.
Y tú, si has vivido momentos difíciles al frente de tu equipo ¿Cómo lo has afrontado desde tu posición de liderazgo?
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