En nuestro día a día, en televisión y en radio, allá donde miremos o escuchemos, percibimos una gran cantidad de malas noticias y acciones negativas, y esto nos lleva a pensar que en su mayor parte el mundo es así.
Pero ¿y si esto no tuviera porque ser así?
Shawn Achor nos muestra en este vídeo el concepto de psicología positiva, retándonos a ser más felices para ser más productivos, y no al revés.
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La felicidad y el éxito dependen de ti.
Es muy común que caigamos en el error de creer que nuestras vidas se encuentran en consonancia con el mundo que nos rodea, y que esto influye bastante en nuestra felicidad. ¿Quién puede sentirse infeliz en Harvard?
Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, no es más feliz quien tiene menos problemas, si no quién es capaz de gestionarlos mejor a nivel práctico y emocional.
Tu felicidad sólo depende de la forma en que eres capaz de gestionar internamente tu mundo.
De forma paralela, el éxito no entiende de cocientes intelectuales o recursos, que nadie niega que ayuden. Lo importante es la pasión e ilusión que se pone en un proyecto, tener claro lo que queremos conseguir, o tener capacidad y disposición de relacionarnos con personas.
El secreto del éxito y la felicidad.
Shawn propone un modelo de pensamiento totalmente opuesto a lo que es habitual, en vez de valorar nuestra felicidad en base al éxito obtenido, si no que hay que ser felices para ser mejores.
Para ello es necesario que reeduquemos nuestro cerebro, y de esta manera convertirnos en personas más abiertas, capaces de adaptarnos a una nueva forma de pensar y ver el mundo.
Si tengo éxito seré feliz, el pez que se muerde la cola.
En la mayoría de las ocasiones se entiende que para alcanzar la felicidad es necesario alcanzar el éxito, por lo que éste actúa como si se tratara de pequeñas dosis de alegría que vamos obteniendo cada vez que conseguimos alcanzar alguno de los objetivos que nos hemos marcado.
Aunque en realidad estas pequeñas dosis de felicidad nunca son suficientes, de alguna manera nos convierte en seres en un permanente estado de insatisfacción.
Como bien expone Shawn, al alcanzar nuestro objetivo la meta cambia. Hemos conseguido unos buenos resultados, pero no debemos conformarnos con eso, podemos conseguir ser mejores.
Si la felicidad es consecuencia del éxito, jamás conseguiremos alcanzarla plenamente, ya que detrás de una meta siempre habrá otra.
Mejor pensar que si soy feliz tendré más éxito.
Puede parecer que imprimir un giro de 180 grados en nuestra forma de percibir el mundo, y la manera de alcanzar el éxito, implica abandonar esa mentalidad de que para alcanzar el éxito hay que trabajar duro. Sin embargo esto no es así.
Siendo feliz también puedes trabajar duro, pero serás capaz de trabajar duro por más tiempo y mejor, y esto te llevará al éxito.
Esta forma de pensar te proporcionará una gran ventaja a la hora de trabajar, y como líder transmitirás motivación, energía, entusiasmo y positividad a las personas que forman tu equipo, y a quienes te rodean.
Una actitud positiva te hará más abierto al cambio y a aprender cosas nuevas, te adaptarás mejor cuando tengas que enfrentarte a situaciones difíciles.
Pero, cómo enfocarme en lo positivo?
Lo que propone Shawn no es ni más ni menos que introducir un par de hábitos en nuestras vidas. Realmente son muy sencillos, pero es mucho lo que nos pueden aportar, tanto a nivel laboral como a nivel personal.
Escribir cada día sobre las cosas que nos hayan hecho sentir bien, cosas sobre las que mostrar gratitud, buscando las experiencias positivas. Para así comenzar a crear un patrón de pensamiento que diferencie claramente lo negativo de lo positivo, centrándonos en lo segundo.
Practicar la meditación para focalizarnos en lo que hacemos en el momento presente, en vez de dispersar nuestros esfuerzos haciendo muchas cosas a la vez, aportando poco o ningún valor a quienes nos rodean.
Por último, llevar a cabo de forma habitual actos de bondad, aunque simplemente se trate de escribir algún mensaje para elogiar o agradecer su contribución de otras personas. Nadie se siente mal haciendo lo correcto.
Como ves son hábitos muy sencillos que te pueden ocupar un par de minutos cada día, pero que podrían ayudarte a cambiar tu actitud mental negativa por otra más positiva.
Quizás no esté en tu mano elegir los retos a los que te has de enfrentar, pero sí el elegir la actitud con la que vas a afrontar los desafíos.
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