Lo más probable es, que alguien que aspira a dirigir personas, antes o después tenga que plantarse frente a ellos, para pronunciar unas palabras.
La presentación de un proyecto ante nuestros jefes, o ante otras personas, es una situación estresante. Pero a fin de cuentas, es un tema que dominamos, al menos desde el punto de vista profesional, y es un discurso más o menos técnico.
Sin embargo, en algunos casos, con motivo de un acontecimiento especial, un aniversario de la organización, o simplemente para motivarlos, tendremos que dirigirnos a las personas con las que cada día trabajamos. En muchas ocasiones, este tipo de discurso puede crearnos mayor ansiedad que el anterior.
Nuestra primera vez.
Normalmente, las primeras ocasiones, son cuando pensamos que nosotros queremos ser diferentes. No queremos preparar nuestro discurso, vamos a decir lo que realmente nos salga del corazón. Y nos salen nervios, ansiedad, olvidos y deslices.
Con el tiempo nos damos cuenta, que un discurso se puede preparar, y no por ello ser algo artificial, ajeno a nuestra realidad. Es entonces cuando realmente comenzaremos a hacer discursos de mayor calidad.
La mejor improvisación se prepara con semanas de antelación. Al igual que un profesor se prepara las clases que va a impartir ante sus alumnos, un orador se ha de preparar el discurso.
Los siete pasos – como hacer un discurso con garra.
Estos siete pasos son los que, después de algunos años, he terminado aplicando. Los que me han dado mejores resultados, a la hora de prepararme, para hablar ante un gran número de personas.
1.- Idea fuerza.
Una forma, relativamente sencilla de plantearse un discurso, es utilizando una palabra clave, o una idea fuerza. Cuanto mayor sea la carga emocional de esta idea fuerza, y más sencilla, mejor. A veces nos complicamos demasiado la existencia, y es peor.
Dejar que esa idea fuerza nos inspire, nos tiene que impactar también a nosotros, si no, difícilmente conseguiremos crear un fuerte impacto en nuestros seguidores.
Ejemplos de palabras fuerza, que yo mismo he utilizado en alguna ocasión, son tan simples como «gracias» y «orgullo».
2.- Mención por grupos.
En caso de dar un discurso ante una multitud, es evidente que no podremos dirigir unas palabras, de forma individualizada, a cada persona. Sin embargo, sí que es posible ir haciendo menciones, a cada uno de los grupos de los que forman parte.
También podemos referirnos a grupos importantes para la organización. Grupos que en ese momento no están presentes físicamente, pero que sabemos que siempre están presentes en la mente de los nuestros. De hecho, es una buena idea hacerlo.
La familia, los que nos precedieron, las personas por las que hacemos nuestro trabajo, son buenos ejemplos de ello.
Tenemos que buscar la relación adecuada entre la idea fuerza, y lo que nuestra audiencia puede sentir, de forma positiva hacia ese grupo.
3.- Un hecho impactante.
Al igual que la idea fuerza, cuanta mayor carga emocional, y más puntual y concreto, sea este hecho mejor.
Puede ser una situación difícil atravesada por nuestro equipo, o por la organización, de la que hemos salido airosos. Puede ser un proyecto de cierta envergadura en el que estemos embarcados, o en el que tengamos intención de involucrar al grupo.
Siempre encontraremos algo de este tipo en las últimas semanas o meses, por pequeño que sea.
Llegado el caso de que no haya nada reseñable, que nuestra organización sea todo un mar de tranquilidad y estabilidad, esto, en sí mismo, es importante.
4.- Créete el discurso.
Una de las cosas más importantes es, que lo que escribas y, lo que posteriormente digas, esté alineado con lo que sientes y piensas.
La idea fuerza, y ese hecho trascendente, debe ser algo que realmente les quieras transmitir a tus subordinados.
Las menciones a los distintos grupos, las haces porque lo consideras importantes de verdad, no por cumplir.
Te has de emocionar con tu discurso. Esto le proporcionará mayor energía y carácter.
5.- Olvida las rencillas.
Es probable, y muy normal, que hayamos tenido algún conflicto con algún miembro de nuestro equipo, o que haya una cierta tensión con alguna persona, presente o no en nuestro auditorio.
Este momento es un momento para ser generosos, para pasar página, y para recordar algo que nos agradase en ellos.
En alguna ocasión, he acudido a algún acto donde el orador hacia todo lo anterior, pero fallaba en este punto. Mencionaba, que había tenido conflictos que habían quedado sin resolver en su equipo, y que esto le dejaba un mal sabor de boca.
En mi opinión esto es un error, ya habrá un momento más adecuado para hablar con esa persona, o ese grupo, de forma reservada, y limar asperezas, o incluso instarles a cambiar de actitud.
6.- Practica, da excelencia y experiencia.
Es importante repasar el discurso una vez terminado. En muchas ocasiones, en todas creo yo, encontraremos fallos.
Es de muchísima utilidad leerlo en voz alta. Mejor incluso ante algún familiar o amigo, si tenemos esta posibilidad. Al dar el discurso de forma íntima a otros, nos percataremos que tenemos que hacer una pausa en tal sitio, o dar mayor énfasis en otro.
Si tenemos la suerte de poder practicar con algún oyente, debemos de aceptar sus críticas con humildad.
«La práctica es un maestro excepcional» (Plinio el joven). Como todo en la vida, cuantas más veces hagamos algo, mejor nos saldrá.
7.- La apariencia SÍ importa.
Una vez llegado el momento, ten en cuenta que la apariencia sí importa.
Mantén una posición de firme ante tu público, entona correctamente las distintas frases. Da énfasis al discurso allá donde sea necesario, con energía, con pasión, mirando de forma pausada a distintos sectores de tu audiencia. Es importantísimo.
Se supone que has buscado algo con una fuerte carga emocional, te lo has vendido a ti mismo, lo has practicado ante alguien de confianza, has vuelto a practicar una y otra vez.
Y aún con todo…
No te equivoques, no va a ser fácil, siempre tendrás ese punto de ansiedad. No te desanimes si ese discurso, o el siguiente, no han hecho vibrar a las masas, recuerda «No hay secretos para el éxito. Éste se alcanza preparándose, trabajando arduamente y aprendiendo del fracaso» (Colin Powell).
Te invito a que comentes esta entrada, y que compartas cómo preparas tu discurso, ante una multitud de personas.
Quieres tener acceso al centro de recursos gratuitos?
Suscríbete, accede y descarga contenidos exclusivos para suscriptores.
Tu privacidad me importa. Nunca compartiré tus datos con nadie - 100% Libre de Spam
terapia online says
Esto es realmente bueno, eres un blogger muy profesional. Me he unido a tu RSS y deseo disfrutar más cosas en este gran blog. Además, !he compartido tu sitio en mis redes sociales!
Saludos
jaslopez says
Muchas gracias, me alegro que te haya gustado el Blog.