Hay muy pocas cosas que no tengan solución en esta vida. Como no podía ser de otra manera, un conflicto de intereses no se encuentra entre ellas.
Aunque este es un tema bastante delicado, ya que en bastantes ocasiones un conflicto de intereses finaliza con la ruptura temporal, o incluso definitiva, de una relación personal o laboral.
Como mínimo, si no se aborda de forma adecuada, termina con una o ambas partes disgustadas, o con la sensación de sentirse engañadas.
A continuación te muestro tres posibles formas de evitar, o salvar, un posible conflicto de intereses con compañeros del trabajo, con familiares o amigos.
Se lo más claro posible.
Quizás esta sea una de las más fáciles y efectivas de implementar. Siempre que sospeches que exista un posible conflicto de intereses, y que la propuesta que vayas a realizar pudiera dar lugar a un futuro mal entendido, lo mejor que lo digas abiertamente.
Personalmente es lo que yo suelo hacer, especialmente en caso de que quienes forman mi equipo, o terceras personas, acepten lo propuesto.
Trato de repetir de forma clara y expresa, las veces que considere necesarias, que no quiero que se sienta engañado, y a continuación le expongo posibles escenarios futuros que podrían dar lugar a posibles desengaños.
No me gustaría que nadie pudiera echarme en cara que se sintió traicionado por mí, y creo que con esto también consigo evitar futuros conflictos.
Soluciones de compromiso.
También puede ocurrir que tu interlocutor te agradezca tu sinceridad pero que, por razones lógicas, no acceda a aceptar lo que le pides o a darte la razón.
Una posible solución a esto, una vez planteado que el conflicto de intereses se ha hecho patente, es tratar de buscar una posible solución que se encuentre en un punto medio de ambas posturas. Son soluciones de compromiso, en las que nadie sale especialmente beneficiado, y todos se sienten relativamente satisfechos de lo conseguido.
Mediante estas soluciones de compromiso conseguirás acercar posturas con la otra parte, y probablemente ambos os sentiréis más cómodos en futuras negociaciones, o propuestas.
Es evidente que no van a ser soluciones satisfactorias al 100 por 100 para ninguno de los dos, pero es mejor que nada, y además sirven para crear relaciones.
Cada uno por su lado.
Finalmente, aunque suene un poco drástico puede que esta sea la solución, y que tras dedicar el tiempo que hayas considerado necesario para tratar de entender la postura de la otra parte, llegues a la conclusión de que no merece la pena continuar por ese camino.
No pasa nada, ambos habéis expuesto vuestros argumentos y ambos tendréis vuestras razones para creer que en vuestra «verdad».
Es preferible no llegar a ningún acuerdo, y terminar el conflicto sin romper la relación, a forzar la situación porque estemos convencidos de nuestras propias tesis, y queramos hacer ver la luz a la otra parte.
Sin embargo, aunque cada uno siga convencido de que sus ideas son las correctas, es muy importante que trates de entender a tu interlocutor, para poder mostrarle que, aunque no estemos de acuerdo con sus opiniones, entendemos las razones por las que mantiene su postura.
Al menos has de tratar de alcanzar esa solución de compromiso, llegar al acuerdo de cerrar el conflicto, tratando de entender la posición del otro.
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[…] Pocas cosas no tienen solución en la vida, y como es de esperar, un conflicto de intereses no es una de ellas. Así que escucha, habla y soluciónalo. […]