Hoy en día parece que, si no estamos haciendo varias cosas a la vez, no estamos siendo tan productivos como deberíamos. Sin embargo, en ocasiones, la solución a considerar es la monotarea.
De modo gracioso y desenfadado, Paolo Cardini se pregunta por la autentica necesidad de convertirnos en personas con capacidad multitarea, y hace un llamamiento para considerar la opción monotarea.
Regreso a la monotarea.
En este mundo donde todo ocurre de una forma tan rápida y volátil, casi parece obligación el ser capaces de desarrollar una actividad, mientras escribimos y mandamos un SMS, o publicamos en nuestro perfil de la red social, y subimos alguna fotografía.
Lo mismo parece ocurrir en el ámbito laboral. Se atiende a una llamada telefónica, a la misma vez que mantenemos una entrevista o una reunión, y consultamos una serie de datos en la pantalla de nuestro ordenador, Smartphone, o tableta, haciendo uso de la infinidad de aplicaciones disponibles para gestionar nuestro tiempo y proyectos.
No creo estar descubriendo nada nuevo si digo que, en algunas ocasiones, esto termina convirtiéndose en el pan nuestro de cada día, aunque puede que para la mayoría no sea especialmente problemático a la hora de enfrentarnos a tareas rutinarias, o de poca importancia.
Sin embargo, cuando acometemos tareas de mayor importancia, todo este tipo de distracciones, interrupciones y desbarajustes, disminuye nuestra capacidad de concentración, y por tanto la calidad de nuestro trabajo, tomando entonces relevancia el concepto de monotarea.
Pero la monotarea no es algo útil solamente para la realización de tareas clave, tal y como expone Berto Pena en Thinkwasabi, si no que puede ser muy beneficiosa en el desarrollo de múltiples actividades de menor importancia.
Monotarea y liderazgo.
Retomemos los ejemplos que habíamos puesto en el ámbito de la multitarea, y seamos sinceros con nosotros mismos. ¿Cuántos de nosotros no hemos atendido a una llamada telefónica durante el transcurso de una reunión?
Seguro que alguna vez habéis consultado vuestro correo, o cualquier tipo de dato o tabla, mientras manteníais una conversación telefónica, u os estabais entrevistando con algún miembro de vuestro equipo.
Es cierto que de esta manera estas luchando en múltiples frentes al mismo tiempo y, en algunos casos, avanzas más rápido. Pero también es cierto que las ocasiones en la que esto ocurre es mucho menos habitual de los que crees, o como poco, avanzas proporcionando muy poco valor, o muy poca calidad, al trabajo que haces.
Si has decidido atender en persona a alguien, es muy probable que esa persona espere disponer de tu atención, especialmente si lo que está tratando contigo es algún tipo de problema que se le haya presentado en el ámbito laboral, o en el personal.
Tampoco es bueno saturar a un cliente, o a tus superiores, con una cantidad ingente de datos e información, hasta el punto que se sientan perdidos, o como poco, desorientados.
Cuando la multitarea nos oculta el mapa.
Es también algo frecuente que queriendo convertirnos en personas multitarea, terminemos perdiendo el rumbo que nos habíamos marcado, o que el proyecto a realizar pierda parte del sentido que debería tener. El ejemplo del viaje a Venecia que nos pone Paolo es muy gráfico en cuanto a esto.
En bastantes ocasiones, pasamos más tiempo mirando la pantalla de nuestro Smartphone, en busca de la ruta más adecuada, la explicación sobre lo que sentía o motivaba a un artista a la hora de realizar una obra de arte, o donde se encuentra el restaurante mejor valorado por otros turistas, y nos perdemos la realidad NO virtual.
Claro que es interesante preparar el viaje, y disponer de una hoja de ruta que nos facilite la tarea de conocer la ciudad, y no perdernos los monumentos más importantes, pero una vez en el lugar, es igualmente importante atender a lo que ven nuestros ojos, y escuchan nuestros oídos, a los aromas que nos llegan, etc.
Es decir, hemos de aplicarnos el cuento a nosotros mismos, y no multiplicar de forma desproporcionada el número de tareas a las que nos enfrentamos en un momento dado, ya que al final terminan por dispersarnos, y disminuyen la calidad de la experiencia vivida, y de las enseñanzas extraídas. Pues así no nos damos cuenta de lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, y no lo estamos disfrutando.
La multitarea es una herramienta altamente efectiva en determinados aspecto, especialmente para un reducido número de personas capaces de explotarla al 100 %. Para el resto de situaciones, y pare el resto de los mortales, quizás no sea tan mala idea ir haciendo la cosas una a una.
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